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Las baterías de iones de litio, como las que alimentan nuestros teléfonos, son notoriamente difíciles de reciclar. Esto se debe a que la producción de estas baterías recargables se basa en un proceso químico complejo que crea residuos en forma de compuestos tóxicos junto con las piezas de batería utilizables.

Pero la nueva investigación en MIT podría provocar una revolución renovable haciendo posible generar poder de iones de litio de la luz solar y el agua de mar sin generar ningún subproducto contaminante. El avance es especialmente valioso, dado el reciente anuncio de China de que dejará de tomar el material de reciclaje importado en conjunto para 2030. Recientemente, los científicos han logrado producir una batería que tenga una vida útil de más de 100,000 ciclos sin derramar ningún desperdicio tóxico. En comparación con las cifras de uso de hoy, esta es una mejora masiva que podría revolucionar fácilmente la tecnología de la batería.

Dado que la batería de iones de litio ya se usa ampliamente para potenciar computadoras portátiles, teléfonos celulares, automóviles eléctricos, etc. El desafío técnico de romper estas baterías para reciclar más tarde permanece sin resolverse. Por ejemplo, cuando las baterías se cargan y se descargan durante un largo período de tiempo, tienden a derramar partículas metálicas del material de cátodo y ánodo que pueden ser extremadamente tóxicas y malas para la salud si el humano entra en contacto con ellos. Para resolver este problema, el reciclaje de las baterías de iones de litio debe realizarse mediante un método llamado tratamiento térmico, lo que requiere temperaturas superiores a 1,600 grados Fahrenheit. Estas altas temperaturas también significan que es necesario recuperar y reciclar estas baterías en un entorno industrial con equipos especializados. La nueva batería recicla completamente los iones de litio utilizando la solución de sal de electrolitos, pero no se necesitan altas temperaturas. Solo los materiales de electrodos positivos y negativos se reemplazan con otros nuevos sin un deterioro de la capacidad de la batería. Esto significa que este proceso es barato porque no requiere equipo o energía adicional más allá de lo que se necesita para producir una batería nueva. La solución de electrolito para la nueva batería es salada, lo que significa que puede ser un candidato perfecto para los países que carecen de recursos naturales de agua. Debido a que la solución de sal de electrolito no tiene metales, no requiere ningún filtro especial o instalaciones de tratamiento. Además, dado que no hay residuos de metal para tratar, el nuevo proceso no produce sustancias tóxicas. Los únicos materiales utilizados son los materiales positivos y negativos en la batería, así como la solución de agua salada.

Las baterías de iones de litio han existido durante más de 20 años. Dado que estas baterías se pueden recargar miles de veces, se utilizan en muchos productos diferentes, incluidos los automóviles eléctricos, los teléfonos celulares y las computadoras portátiles. Las baterías también se utilizan en aplicaciones donde estas baterías no tienen que recargarse con mucha frecuencia, como dispositivos médicos.

En los últimos años, ha habido un gran aumento en el uso de baterías de iones de litio debido a sus capacidades de carga rápida y sus esperanzas de vida ultra larga. Al mismo tiempo, ha habido creciente preocupación que reciclar estos metales no será fácil debido a su alto nivel de toxicidad al romperse. Esto es especialmente cierto para los países que no tienen suficientes recursos para reciclar y eliminar estas sustancias en su lugar.